miércoles, 9 de septiembre de 2009

Esto...

¿Qué hay de bueno en este mar de confusiones? Que se me perdone si me expreso con esa analogía ya tan usada, sólo puedo decir que es exacta.

Ya no hay Dios que me rescate una vez más de mis depresiones, que reprima todo lo "socialmente malo" que hay en mí y que me tranquilice...

Definitivamente el amor no me ayuda mucho en la adquisición de felicidad, hay algo desconocido dentro de mí que me hace poner traba tras traba, tras traba. Evito el dolor mientras tengo la felicidad muy cerca de mí, no la puedo asir.

Ya ni siquiera hay un mañana, bueno, al menos dentro de mis deseos. Quizá mi cobardía, mi pesimismo y mis ganas de nada me tienen aquí. Ya no sé qué pensar...

¿Hay algo claro en mí?