viernes, 29 de enero de 2016

Desesperando en la esperanza con palabras

Quisiera que nos apreciara bajo un cristal diferente,
quisiera darle otros motivos,
crearle otros recuerdos;
pero más deseo que permanezca sonriente el tiempo suficiente.


Yo la quiero todos los días, no solo en mi mente;
que por las noches no la dejen mis recuerdos,
que sepa todo el tiempo que concentra mis anhelos...
Y más deseo aun no resultarle indiferente.


Ojalá valore extensamente lo que por mí siente,
ojalá no pierda yo en alguno de sus juicios,
y no me reste lo que su corazón le infunde a mis motivos,
porque yo no tengo alivio y no lo espero definitivamente.


Ansío no ser más esa sombra semipresente,
o que al menos mis palabras rocen sus sentidos,
toquen a su puerta y se materialicen como en mis sueños
donde no hay más barreras, donde somos valientes.


Y lo espero ahora como diariamente
con la paciencia de un amor prudente incluso a sus encantos;
y  desespero en la esperanza de verla algún día a diario,
y escribo, y me pierdo, y se lo digo porque es lo único que puedo.

miércoles, 27 de enero de 2016

Intempestivo

El amor es como "La Tramontana" de García Márquez, es decir, sabes que vendrá y que posee tal fuerza devastadora a la cual no se puede resistir, y sin embargo, jamás sabes a qué hora esperarlo hasta que te encuentra lo irremediable, hasta que ya cediste ante la irresistible fuerza de lo sublime. Luego enloquece a las personas a base de puro encanto, y hace una fiesta de endorfinas a expensas de la cordura.


Y es así como me siento desde la primera vez que Ella me dijo que sentía algo más que amistad por mí. Pero ese ni siquiera fue un aviso de la tremenda vorágine que ha desatado hoy en día, en la cual está presente desde que amanece hasta que se cierran mis ojos otra vez. Entonces me mantiene en una eterna alegría, difícil de disimular y difícil de explicar porque... ¿Cuándo se han explicado los estragos del amor?


A lo mucho se puede decir que me tiene así la mujer más hermosa que haya conocido, una que sobrepasa todo lo que deseé alguna vez, y a quien es difícil de ignorar siendo un cúmulo de virtudes. Así que no es de locos ansiar el momento en que por fin la vea y compruebe todo cuanto digo, y es más difícil aún cuando enamora cada mensaje de buenos días durante todos y cada uno de mis innumerables y vacíos días sin ella.


Entonces es difícil vivir con un sobresaltado latido, pero es lo más placentero en el mundo. Evocar su imagen produce ese efecto, y cuando uno cree que ya tiene suficiente, se da cuenta enseguida que siempre se puede volver más y más delirante por esa mujer que arranca suspiros a base de palabras, a base de creerme diga de alguna parte de su amor.


Y buscas explicaciones de cada aspecto que podría contribuir a este sentimiento irreprimible, ¡porque se lo he dicho de mil maneras! Que es la única mujer por la que yo haría lo necesario para procurarle una sonrisa diaria; así ella gana algo de alegría mientras yo gano todo lo que su sonrisa significa para mí, y a su vez, aprecio como un extra sumamente satisfactorio, su deslumbrante belleza.


Así es como me gustaría que ella sintiera cuando piensa en mí, aunque fuera un segundo, y si se puede prolongar indefinidamente qué mejor... Porque entonces no desperdiciaría un gramo de su amor, y yo le haría saber en un segundo, que cualquiera que haya sido la razón por la cual nuestras vidas se cruzaran, al menos en ese instante, habrá valido completamente la pena.


Y fue así como llegó a mi vida una sonrisa hermosa, unos ojos impresionantes, y la mujer más hermosa por fuera y por dentro, que haya conocido jamás.

martes, 19 de enero de 2016

La Mujer

Si pudieran grabarse esta clase de impresiones y reproducirse a diestra y siniestra, probablemente me alcanzaría la felicidad toda una vida. Pero las emociones son fugaces, y los instantes solo son eso, así que hay que provocar constantemente las situaciones que gratifican de tal forma.

Y en este punto la necesito para que mi cerebro haga una fiesta de su presencia y trate -como siempre- de grabarlo todo para recordarlo alguna vez, intentando no sucumbir en la impaciencia. Es difícil ignorar que se ríe de alguna estupidez, que  camina con gracia y naturalidad, que me tira una flor indiscriminadamente cuando lo que yo trato de evitar hacer es precisamente eso. Para que no se note cuán imbécil estoy por ella, para que no piense que le complicaré la vida con un amor sin futuro, para evitarle y evitarme el rechazo.

Y luego gano un poco de cordura, no cedo a sus encantos, me resisto a sus halagos... Mi vida y el momento se vuelven ordinarios. No sé cómo le hace, pero ella lo nota y decide no soltar el hilo del cual pende lo que me resta de alma. Y sólo hay de dos: o me hechiza más con sus propiedades de mujer hermosa, o aplaude alguna de mis virtudes alimentando mi soberbia sin temor a demostrármelo. En este punto ya no sé qué me gusta más.

Ella puede de pronto sacarme un tema médico y hablar sobre él con propiedad y conocimiento; puede sorprenderme promoviendo la lectura de uno de mis libros favoritos mientras me seduce al discutir el argumento; puede mostrarme su wild side cuando me cuenta alguna anécdota hardcore, o cuando no se cansa de pedir más cerveza, o quizá mientras me provoca deliberadamente por el mero placer de saber que puede hacer de mí lo que quiera. Sin embargo, jamás le he dado el placer de saber que pienso todo eso, que incluso sus nimiedades pueden encantarme.

Por otro lado, disfruto sobremanera cuando no sólo tengo que admirarla, sino que participo alguna vez de su atención y cumplidos. Entonces ella me toma el cabello advirtiéndome que  no es acoso y que no soy tan especial jaja, ¿no es ya demasiado irresistible? ¡Pero puede serlo más! Porque toma mi mano bajo cualquier excusa o sin razón, y yo me controlo, me mentalizo "no es gran cosa", ella no piensa nada mientras yo me incinero en ese instante.

Y de repente yo digo algo cínico y espontáneo que es estimulante por sí solo, sin saber que segundos después será lo mejor que haya hecho en el día, cuando ella dice "tú siempre dices cosas con mucho sentido". Y mis palabras son lo que más valoro de mí cuando ella me recompensa diciéndome "me gusta estar hablando de cosas que no conozco"... Así que bendita sea la primera mujer que me interesó e incentivó mi desarrollo intelectual, y la segunda y la tercera y cuantas han habido y promovido con amor mi hambre de conocimiento, porque por fin encontré una mujer que puedo sorprender con ello, y lo más importante: que me interesa para tanto.

Así que ella es la mujer con más razones en el mundo para volver loco mi corazón y mi mente. Ayer fue prueba de ello.