sábado, 19 de febrero de 2011

La máquina del tiempo

Es fin de semana, las películas en la televisión abierta son una basura, por lo mismo desde ayer descargué películas futuristas y de crímenes. Me encantan las de crímenes, seguir la trama hasta que nos topemos con el asesino, eso no es lo más interesante, en realidad me interesan sus motivos, como no puedo saberlos solo me resta especular sobre ellos. No sé qué es lo que me pasa en estos últimos días, pero agregué una nueva temática a mis películas favoritas: las futuristas, leí sinopsis en google y me convenció “La máquina del tiempo”.
Al principio me decepcionó un poquitín porque parecía ser una película rosa, sí, esas clásicas películas donde el amor lo es todo, en realidad es irónico que yo repudie estas películas, omitan eso… Alexander (el protagonista) perdió a su novia la misma noche en que le propuso matrimonio, eso lo desquició, se puso a trabajar como loco y terminó creando la máquina del tiempo con el único propósito de utilizarla para salvar del pasado a su novia, me sorprende cada vez más a lo que nos llevan nuestras hormonas. Volvió al pasado y se dio cuenta de una de las declaraciones más impactantes de toda la película: “podría regresar un millar de veces y la vería morir de mil maneras”. Lo reconozco, esto hizo entristecer mi corazoncito jaja.
Como todo genio dedujo que la respuesta a cómo cambiar el pasado la encontraría en el futuro, viajó y viajó, en fin, no quiero contar la película, solo las sorpresas que me llevé. Por ejemplo, ¡se cae la Luna! Sí, se ve impactante, si pudiera decidir cómo morir elegiría algo por el estilo, que se caiga la Luna, que nos derrita el Sol, lluvia de meteoritos (a ver si conocemos a Clark Kent) o que nos devore un agujero negro. Otra cosa muy interesante es que algunos de los sobrevivientes se convierten en súper hombres, desarrollan sus capacidades cerebrales a tal grado de leer y controlar mentes, son tipos malos, elitistas, debajo de ellos están solamente presas y cazadores.
¿Cómo se puede ser tan malo? Es una pregunta de la cual me gustaría tener una respuesta apropiada, ya no hay nada que me convenza, lo más parecido a una respuesta es la que me formé después de leer a Freud y Jung, tenemos bondad y maldad dentro de nuestros lindos cuerpecitos jaja, soy mala haciendo chistes o comentarios graciosos, en fin. Según la película el pasado no se puede cambiar, solo el futuro se cambia mediante el presente, suena lógico, de los aspectos más rescatables del personaje cabe mencionar que se olvidó de su amada muerta y aceptó de buena gana que en la vida hay muchísimas cosas por las que vale la pena vivir, específicamente, por hacer de la humanidad algo mucho mejor.
Es una buena película, sí la recomendaría, lo que más me gusta de las películas o series que veo son esas pequeñas frases que se sacan de no sé dónde y me dan lugar a especular, me encanta. Ahora que si me pongo a especular sobre la máquina del tiempo en sí, yo creo que nunca acabaría. 

jueves, 17 de febrero de 2011

Hoy

Ayer acudió una pregunta a mi mente, ¿cómo puede vivir una persona con el corazón roto? He pensado que cada quién tiene motivación y visión diferentes en la vida, la motivación ahora mismo no me parece un problema, aunque están muy relacionados ambos aspectos. Me he sorprendido de cómo ven la vida ciertas personas, siempre me había cerrado al mundo, me convertí en un ser hermético después de abandonar el internado con mi corazón hecho pedazos por un amor frustrado, pero hace algunos años he querido salir del cascarón, primero me consolé con la filosofía, después con el amor que resulta ser más absorbente que mi querido Bob Esponja. A lo que quiero llegar es que mi vida no ha adquirido un sentido que valga la pena llamarse “sentido”.
El amor es un caos, pensé que me haría feliz toda la vida pero veo que no es así, francamente me estoy dando cuenta de lo pueril que resulta “el amor para toda la vida”… No me avergonzaré más, alguna vez me dijo una psicóloga que cuando se tiene el primer amor generalmente uno se cree el cuento de que es para siempre, yo me lo creí, en verdad me lo creí, si Dios existiera le habría jurado que mi amor es más verdadero que él mismo. En fin, ya no encontré más consuelo, se vino abajo el sentido de mi vida y hoy voy por la vida con el corazón roto, sin rencores, con dolor y lo más importante: en busca.
Sería estúpido decir que busco un nuevo amor, ya me lo creí una vez, no me lo volveré a creer, quizá algún día sí me enamore de alguien o viva con alguien, quizá nunca olvide a mi primer amor, después de todo me conozco, es difícil que me olvide de un sentimiento grande, y el que tengo es muchísimo más grande que cualquiera de los que tuve antes. Eso no importa, ha muerto mi visión romántica del mundo, romántica amorosa, no está de más aclararlo, hoy en día la gente tiene muchos significados para el mismo concepto, por eso no está de más aclararlo.
La filosofía en realidad nunca me consoló, me parecía más seductor todo lo pesimista, lo que hacía ver la realidad como un mal chiste, lo que decía que la gente era estúpida e impredecible, en fin… Esto no quiere decir que ya no lo pienso, en el fondo me ha quedado una visión pesimista de las personas, como la que desde pequeña he tenido, pero con más pruebas de que es así, es como siempre lo pensé. Pese a todo lo que he dicho en este último párrafo, he descubierto personas que me maravillan, que no se clavan con sus propias ideas, que van en busca de más, de saber, de experiencias, qué sé yo, la gente es loca. Y su locura hace vibrar mi corazón, me hace pensar que la felicidad está por todas partes en el momento que se desee, o que es impredecible, o que en todo caso no se extingue, no se acaba con una mala experiencia.
Mi vida no tiene sentido, pero tiene esa pequeña luz de esperanza que siempre albergan los seres humanos, hoy mi corazón se alegra de haber conocido otra parte de la vida que no creí conocer, parece ser que finalmente “siempre habrá más de una razón para cantar hasta el fin…”.

Mes patrio

No sé qué demonios es el patriotismo, no sé porqué demonios la gente se alborota con esto del bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución. No soy de las personas que ponen mucha atención en lo social, cuando cursé tercero de secundaria solía aprenderme las noticias y el reporte del clima porque mi horario me permitía ponerle atención a esas cosas, pero a estas alturas de mi vida no me interesan los noticieros ni el periódico, mucho menos la vida de las personas que no conozco. A lo que quiero llegar es que estoy desconectada de la sociedad en cuanto a información se refiere, evidentemente no puedo eludir mi papel en ella como quisiera, pero no sé lo que pasa en el mundo y tampoco lo que pueden pensar las personas de cualquier asunto... me son extrañas y yo también lo soy para ellas. No es tan grave como parece, no soy un anacoreta ni mucho menos, soy solamente un individuo con mínimo interés social. 
Sin embargo, me he dado a la tarea de especular un poco sobre este alboroto con sentido desconocido, quizá sin sentido. Lo único que recuerdo haber leído sobre patriotismo fue en un texto cuyo nombre y autor ahora no recuerdo, era un texto de filosofía de la historia en el que se decía que para mantener unidos a los individuos en un país era necesario reforzar los lazos entre los mismos, por supuesto, por medio de su pasado común: la patria y su historia. También mencionaba que era oportuno que los miembros de cualquier país se sintieran orgullosos de su gobierno, su nivel de vida, sus logros como comunidad. Se entiende la idea. 
México es un país con cosas buenas y malas como todos, un país con miseria y felicidad y felicidad dentro de la miseria y miseria dentro de la felicidad, un país con mas de cien millones de habitantes, con lugares paradisíacos, con una cultura determinada, un país en vías de desarrollo, etcétera, etcétera. Sabemos lo que es y lo que no es México, lo importante es la parte del todo que a uno le interesa ver.

Se supone que este texto lo escribí en el mes patrio jaja, ahora me ha dado dolor deshacerme de él aunque no sea bueno, no lo terminé, por supuesto, ya ni recuerdo a qué quería llegar... quizá quería decir que todos son unos ridículos jajaja.