lunes, 30 de junio de 2014

Sabes, pero ella no.

Sabes que ella es la razón de que estés aquí, tirada con la ropa más decente que tienes, bebiendo el mejor alcohol que has probado, en un atardecer que parece de película de ciencia ficción. Pero sabes que estás en el techo de tu casa con el alma agazapada, dopándote con canciones que has repetido una y otra vez desde que la quieres como idiota.

¿Acaso puede culparte de ser encantadora y que, por lo mismo, no puedas eludir sus encantos? Y, sin embargo, lo hace. No sabe, no conoce una forma sutil de decírtelo, que detesta que la veas de esta manera.
Te mueres por hablarle, quisieras demostrarle que no eres el ser mediocre que imagina, que se ha equivocado contigo. Quisieras que se quitara la venda de los ojos y te viera como tú te supones, pero la realidad últimamente ha sido bastante bizarra. Ni tú sabes quién eres, no sabes nada en realidad mas que cada fibra de tu ser se alborota con su simple alusión.

A eso te referías en el momento en que dijiste que eres demasiado sensible, aunque después le agregaras -para su tranquilidad- que debía creerte sólo la mitad. Pensaste que le aliviaría la existencia, la impresión.
Tienes que olvidarla, aún cuando tu alma se resiste, porque no todo lo hermoso merece cada esfuerzo en tu vida, y aunque siempre has creído que nada tiene sentido, se te olvida con frecuencia por ella...

frazvire

lunes, 23 de junio de 2014

Alguna vez

Tu silencio no me abruma y tú no me causas dolor,
sólo revives mi corazón por el hecho simple de que puedes.
A veces pienso que me desprecias y me tienes en el peor de los conceptos
hasta el momento en el que sublimo tu percepción de ti misma.
Me halaga al menos tener ese poder.
Te espero sin esperanza ni impaciencia cada día,
espero que seas valiente alguna vez y me observes como soy,
sin exageración,
separando el montón de partículas que revolotean mi superficie.
Pero sé que eso es exactamente lo que no deseas hacer,
quiero ver a Giordano y me encuentro a Galileo.
Tu manera de tratarme frecuentemente contrasta con la de mirarme,
aunque poco importan las cosas más hermosas concebibles
si la pragmaticidad es el tirano de la sensibilidad,
si una idea terriblemente bella palidece ante una acción burda,
si yo soy la cuerda floja sobre la que pocos se atreven a caminar.
Y sin embargo esto no me ha de parar,
si existen seres como tú, probablemente yo sea la antítesis.
Y que mi ensimismado corazón no perturbe tu plácida existencia,
pues los seres como yo son escritos sólo para que algún día los leas.

viernes, 13 de junio de 2014

Ni siquiera un poema

Ella no sabe la revolución de sentimientos que causó,
una que te saca de quicio y te sublima en malos ratos,
una que utilizas a veces y que otras te secuestra cada pensamiento,
una que disfrutas cada momento después de asesinar toda esperanza.

Sabe que la vez como la hermosa rosa del Edén que jamás pisarás,
que su mera existencia es parte de la tuya en alguna intrincada intersección.
Ojalá se dé cuenta que bajo la mirada apropiada muestra su esplendor,
pues es verdad que en el amor es vital la percepción.

Y tú la miras restringiéndote a calidad de espectador,
con el inmenso miedo de mover un hilo que redirija su ojos y te desarme,
porque al final del día no tienes nada qué decir que ella no refute,
quizá es el encanto de su auténtica modestia...

A veces quisieras jamás haberle descubierto el rincón del alma donde se aloja,
para multiplicar lo sublime que podría haber sido mostrarle su encanto,
sin un resquicio de duda, sin alusión al bienestar que te propicia,
y sin pensar que quizá mañana prefiera no saber de ti.

Heme aquí, confrontando estoicamente mi desenfreno,
pretendiendo que mañana se aparezca como visión ultraterrena,
que su voz difumine lo absurdo y todo vestigio de  raciocinio,
que su presencia le dé sentido a tu punto en el espacio y tu razón de estar ahí.

Y lo hace, y la adoras cuando te mira y cuando sonríe,
te preguntas cada que tienes conciencia, ¿significa algo para ella?
Porque para ti es una descarga de endorfinas, y te aterra,
te sales de ti, o te sumerges dentro de tu abismo.

Eres impotente, ya te lo has repetido mil veces,
quieres que sea feliz aunque sabes que necesitas verla diario,
quisieras tener impacto, más que el de éstas tristes palabras,
quisieras que una vorágine se la llevara...

miércoles, 4 de junio de 2014

Existir

He leído bastante últimamente, estudio medicina, pero me gusta sentir que no sólo existo como médico, sino que soy una persona, un ser complejo, alguien que constantemente busca la trascendencia aunque al final no haya llegado a nada más que admitir que, fuera de todo el orden al que estamos sometidos día a día, existen cosas espléndidas cuyos misterios son fisuras que invitan a replantearnos nuestra visión como especie.

Mis libros favoritos son los que plasman la esencia del autor -su percepción de la vida, su filosofía- de una manera más que decente, estética. Razón por la cual he reconocido mi idolatría por Oscar Wilde. Después de leer varias de sus obras me sacrifiqué y leí el prólogo, mencionaba cosas interesantes que apenas había vislumbrado en su momento, decía que Oscar Wilde era un esteta, existencialista, homosexual y no recuerdo cuántas cosas más... ya perdí mi punto, lo importante es que de cierta forma me tranquiliza cada que lo leo, me encanta su cinismo y su preciosa manera de expresarse.

Ahora pienso que jamás me había sucedido algo semejante, es decir, leer un libro y sentirme seducida con palabras... Una vez me identifiqué demasiado con un personaje, era lo más extraordinario que me había pasado, de hecho fue con Florentino Ariza, ¡y hasta para expresar eso, Oscar Wilde tiene una cita! Es esta:

"Existen antepasados en la literatura, como en nuestro propio linaje, más cercanos quizá en tipo y temperamento, que muchos de los que nos rodean; y ciertamente con una influencia de la cual somos conscientes." (El retrato de Dorian Gray, p.116)

En fin, seguiré leyendo incansablemente, quizá suceda de nuevo mi enamoramiento literario pero me permitiré dudarlo.