sábado, 14 de enero de 2012

Proyecto de un alquimista moderno

Mi vida es un conjunto de elementos que no identifico. Me han contado que me constituyen átomos de distintos elementos, he visto documentales sobre qué constituye dichos átomos, viví más de media vida escuchando sin inmutarme -ni cuestionarme- la verdad absoluta de las cosas según la mayoría de las personas. Ahora no me importa, soy lo que soy y lo cierto es que no le cambiaría nada al molde que me formó, mejor me cambio a mí, mejor manipulo a ciertas células para que esquiven a mis genes nazi y se salven de la revisión y de  un destino parecido al objeto de la cámara de gas... 

Por alguna razón quiero ser eterna, es verdad, pero sé que no lo lograré porque me falta lo que intento conseguir: tiempo de vida. Sé que tengo un IQ un poco más elevado que la mayoría de la gente, porque las circunstancias de la vida me han demostrado que es así, pero no soy genio, ni creo recibir un premio Nobel algún día. Conozco mis limitaciones y, sin embargo, no soy tan apática como para no hacer el intento de logar algo que no acabaré. Contribuyo con la humanidad, les dejaré mis conocimientos por lo menos a mis descendientes -si es que los hay-. 

Quisiera conocerlo todo, saber de qué está hecho cada cosa, su función, su finalidad y su fin. Frecuentemente me pregunto, ¿será que mis neuronas podrán contener tal cantidad de información? Y me respondo que no, porque es demasiado el Universo, por no decir la Realidad o el Todo, pero luego sale mi carácter especulativo y la escritora de ciencia ficción que llevo dentro y me digo que quizá podríamos utilizar memorias externas, sí señores: memorias externas de material aún no establecido. Aunque debo darle el mérito que se merece a nuestro encéfalo, porque en el planeta hay demasiadas cosas, elementos, teorías, ideas, personas, etc., y puede  grabar todo eso, ¿cómo cabe tanta información en un porcentaje tan bajo que utilizamos de nuestro cerebro? No lo sé, nadie lo sabe, nadie que lo haya dicho al menos. 

Y por todo lo anterior es que creo que mi camino comienza en la facultad de Medicina, tengo encéfalo, un IQ nada despreciable -aunque no sé de cuánto será, mis deducciones son empíricas-, un carácter y un ansia de conocimiento infinito, también tengo tiempo, algunos 100 años quizá, y me cuidaré mejor conociendo a la "perfección" mi cuerpo. Si de eso resulta que descifro algún enigma y que eso me ayuda a prolongar la vida de todos habré conseguido lo que quiero en cierto grado. 

Ahora, de entre todas las ramas de la Medicina prefiero la Oncología. Un doctor dijo un día extraviado que los oncólogos eran los nuevos alquimistas buscando la piedra filosofal, al menos conmigo no se equivocó, yo creo que detrás de la cura del cáncer se esconde una vida larga, ¿qué pasaría si se manipulara el ciclo celular? Eso de entrada, luego se me ocurren muchísimas cosas más, pero lo más descabellado me lo reservo, he aprendido que a veces lo hablador te trae problemas con la gente, y en este caso, quizá le resten seriedad a algo que yo considero... una chispa revolucionaria. 

Por eso me gustaría aclarar que cada idea que tengo se basa en principios científicos básicos, en leyes naturales, o fisiología básica y especulativa, mi cabeza especula mucho y propone, con el tiempo descarto cosas o propongo nuevas. Me gusta aventurarme entre las fisuras de los procesos y esto me sirve para dos cosas, la primera, como ya lo dije, es proponer algo nuevo -frecuentemente preguntas sin contestar- y la segunda es ampliar mis conocimientos, porque si tengo alguna duda de cómo es, por ejemplo, la inmortalización de los linfocitos B en la infección por virus de Epstein-Barr, agarro el libo de Biología molecular en cáncer y establezco las alteraciones genéticas que propician la proliferación celular y la ausencia de apoptosis, identifico genes. 

Creo que hoy en día los médicos están enfocados en salvar vidas y no anhelan algo trascendente, probablemente me equivoco y lo cierto es que no quiero generalizar. Lo que quiero lograr es algo más que mi sentido de vida, aquí no importa el dinero, el prestigio y quizá tampoco las personas -o sí pero de un modo secundario-, quiero hacerlo porque es lo único que vale para mí desde siempre, como mi finalidad y mi fin, me completa como humano porque al menos sé que temporalmente lo soy. Después no sé qué será de mí, pero lo cierto es que siempre he de Ser. 

FAVR

domingo, 1 de enero de 2012

Creo que yo lo único que celebro es cuando me vuelvo más cínica. Me encanta ver a la gente vuelta loca, con toda su energía positiva y una sonrisa que no se consigue tan fácilmente cualquier otro día. Pero no deja de ser una excusa, todo es una excusa. Yo no digo que no puede ser buena, pero... será útil, no buena.
Lo único que espero es poder ver las cosas con mayor claridad, hacer las cosas por razones útiles para mi persona, ser un poco más egoísta y disfrutar todo de lo cual me he privado estos veinte años. He leído una historia, de una persona que tiene una ansias tremendas de vivir y conocer, conocer la vida, las personas, experiencias y demás... Era un ser corrupto, como lo soy yo. Esa historia influyó en otra historia, en otra persona, otra persona que influyó después en mí. 
No pretendo ser mejor persona, no, no, pretendo ser yo con mi maldad y mi bondad presentes, no esconderé ni cambiaré nada. Mañana completaré lo que quiero decir, ahora me duele un poco la cabeza y no puedo pensar, lo que he querido decirme desde hace meses es algo: basta, ya no más olvidarme de mí. 
Es mejor dormir :).