miércoles, 28 de mayo de 2014

Somático

Hay veces en las que un ser humano necesita ser sacado de su realidad tajantemente porque ha sido envenenado y agoniza lentamente, su cuerpo se resiste, utiliza todas las armas de que dispone, a veces trata de racionalizar su situación emocional, cotejarla con su situación social y familiar, con su futuro -si es que se puede hablar de futuro como algo más que un mero concepto- y con sus ideales trascendentes.

Sin embargo, el raciocinio difícilmente cura las sensaciones somáticas o viscerales, por otro lado, Oscar Wilde habla de curar el alma a través de los sentidos y los sentidos por medio del alma, es una idea interesante, que sólo puede confirmarse empíricamente y eludiendo el complejo proceso de pensar y pensar en el dolor.

La cuestión sigue ahí... ¿Cómo curas un ser agonizante? ¿Cómo lo sacas de su realidad para que deje de pensar, atormentarse y sufrir? ¿Cómo le quitas el peso agobiante de una vida mecánica, con seres semejantes mecánicos? ¿Le propones curarlo sin perturbar su situación de engrane social, o le propones una vida mística, o con una doctrina trascendente o existencialista-hedonista?

De todo eso depende la vida, porque sentirse apuñalado mientras caminas disimulando es el trabajo más grande para un temperamento sensible, es terriblemente seductora la idea de no existir, o de no sentir, o de que de pronto sientas una especie de amor avasallador por cualquier cosa. En fin, sentir un impulso que dé vida o una tranquilidad tal que permita ser indiferente a ella.