jueves, 29 de diciembre de 2011

Hermosa es una palabra que te roba,
es una descripción que me enamora,
una verdad ineludible y abrumadora,
la razón de que te escriba ahora.

Me consume el corazón que te adora,
me desvela y se olvida de las horas,
me estremezco al pensar lo que provocas,
lo veo y amo esta verdad reveladora.

Espero que aparezcas como mi aurora,
a tu lado el Universo se aminora,
su densidad es la nuestra, vida mía
y sé que también lo notas cuando me miras.

No eres mi musa sino la inspiración misma,
quizá es tu sonrisa,
quizá es sólo que me maravillas
y haces de mi día explosión de alegría.

Hoy me rindo a mi amor sin tregua,
hoy te digo que la vida es bella 
y tú lo eres todo en esta cabeza
mientras que mi amor por ti se renueva. 

martes, 27 de diciembre de 2011

Aprendí que no se vacía el corazón,
es más fácil perder la razón
y sumergirse en un letargo eterno
ignorando el tiempo y el desamor.

Quisiera cantarte una canción
o escribirte lo inefable que despiertas,
quisiera arrancarme el corazón
cada que mis brazos te extrañan...

Quisiera que lo que escribo
tuviera sólo un sentido,
que tus ojos vieran dentro de mí
y algún día tus palabras no me dejaran ir.


viernes, 9 de diciembre de 2011

Admirando a la Estulticia

Ahora entiendo algunos de los monólogos de Lord Henry sobre la juventud, en la historia del retrato de Dorian Gray... Estoy leyendo "Elogio de la locura" de Erasmo de Rotterdam, está maravillosamente elocuente.

Cita textual donde habla la Estulticia:

"Capítulo XIII
En principio, ¿quién ignora que la edad más alegre del hombre es con
mucho la primera, y que es la más grata a todos? ¿Qué tienen los niños
para que les besemos, les abracemos, les acariciemos y hasta de los
enemigos merezcan cuidados, si no es el atractivo de la estulticia que la
prudente naturaleza ha procurado proporcionarles al nacer para que con el
halago de este deleite puedan satisfacer los trabajos de los maestros y
los beneficios de sus [34] protectores? Luego, la juventud, que sucede a
esta edad, ¡cuán placentera es para todos, con cuánta solicitud la ayudan
todos, cuán afanosamente la miran y con cuánto desvelo se tiende una mano
en su auxilio! Y, pregunto yo, ¿de dónde procede este encanto de la
juventud sino de mí, a cuya virtud se debe que los que menos sensatez
tienen sean, por lo mismo, los que menos se disgusten.
Mentiré si no añado que a medida que crecen y empiezan a cobrar
prudencia por obra de la experiencia y del estudio, descaece la perfección
de la hermosura, languidece su alegría, se hiela su donaire y les
disminuye el vigor. Cuanto más se alejan de mí, menos y menos van
viviendo, hasta que llegan a la vejez molesta que no sólo lo es para los
demás, sino para sí mismos."

jueves, 8 de diciembre de 2011

Sagrado

No hay nada que valga tanto como para coartar la libertad humana, pero no sólo la humana. ¿Qué clase de cosa somos para subordinar todo lo no humano? Nos creemos una especie de dios en este planeta, como si fuera hecho para nosotros cuando no hay diferencia entre cualquier especie salvo de índole genética, de ahí deriva todo lo demás... Pero claro, ahí está ese cuento que justifica la posición del humano, ese que dice que se nos dan los recursos animales y vegetales para que prosperemos en la Tierra.

Finalmente, lo que quiero no es defender la libertad de lo que hay bajo el dominio del hombre, sino hacerle ver que aceptar la escala es subordinarse. Y si por alguna razón, comparten mi idea de que no estamos sometidos bajo la voluntad de alguien más que nosotros mismos, entonces, ¿por qué íbamos a dejar que cualquier otro semejante nos robe la libertad de la cual podemos presumir?

Hay formas muy simples de esclavitud, como ser esclavo de nuestra consciencia o esclavo de un amor irracional, ser esclavo de nuestra familia o de nuestras enfermas expectativas. Lo peor para mí, es cualquier clase de esclavitud que provenga desde dentro, pero más patético es que habiendo tantos ejemplos de luchas históricas por la libertad, dejemos que alguien más -sobre todo si es un individuo en particular- nos la robe.

viernes, 2 de diciembre de 2011

De mi libro favorito...

El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.

¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? - le preguntó. Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
 - TODA LA VIDA. - dijo.