Lo primero que se me ocurre en este momento es “nunca
choques a un uber”, luego “nunca choques”, luego “nunca choques sin seguro y
licencia”. Sin embargo, todo eso se puede sobrellevar, sueltas el dinero,
hablas amablemente con el dueño del auto al que chocas y le dices “oiga ñor, no
le hable al tránsito, nos arreglamos entre usted y yo, yo le pago”. Y así
termina un drama. Ese drama quizá se convierta en otro después porque haya que
reorganizar el gasto de dinero, es verdad, pero no se puede vivir pensando en
qué sucederá y controlándolo todo.
Es aún más importante no rodearte de personas que potencien
el dolor de un drama. No salgas con una mujer a la que vas a ver, desafiando
cualquier horario y hasta la misma sensatez, si esa mujer se quiebra al segundo
problema. El primero lo puede soportar, es decir, ella puede hacerte compañía
mientras arreglas tu drama de uber, aunque… cuando le piden identificación para
salvarte el cuello, esto es, en el segundo golpe, ella se quiebra. Entonces te
recordará que tienes que devolverle su ID porque los fines de semana son días
de fiesta, de antro, o qué sé yo. Yo no sé de tantas vagabundias, soy una aburrida
estudiante de medicina, con dinero limitado y un alma poco intrépida.
Y continuando con laurasad, jamás pienses, ni siquiera por
un solo instante, que todas las personas están sujetos al amor filial. Esto es
algo que todo mundo sabe, así que solo cumplo con la función de recordarlo,
prueba de ello son las madres desapegadas de sus hijos, los padres que los
abandonan, y ya siendo más específicos, los que te dejan arreglar tus asuntos
solo, con el ñor del uber y tus problemas de identificación para que te suelten
por la deuda.
Finalmente, jamás pienses que la persona que más amas, por
más que la ames, va a responder a tus llamados precipitados, inesperados,
vehementes. El amor no compra nada, ni la lealtad de las personas, ni su
tiempo, ni siquiera su amor, el amor no siempre se paga con amor. Y sé que
quizá suene trillado, pero, por poner un ejemplo, quizá un día tienes un mega
problema, uno que te desequilibra el alma, uno que te pone a llorar como
estúpido y te provoca un ataque de ansiedad, y quizá ese día recuerdes que amas
a alguien con tanto pinche amor que no importa la realidad y las abstracciones
que puedas tener de la misma, y entonces le llamas, y entonces no contesta, y
entonces le vuelves a llamar, y entonces no vuelve a contestar. Y luego
recuerdas que sí, está con alguien más.
No obstante, la vida no se detiene por este tipo de cosas
que solo son de incumbencia del humano y su anatomía y fisiología cerebral. No,
las deudas se saldan, el tiempo avanza incesantemente y sin barreras, y uno
solo puede seguir obteniendo el lado bueno de sus experiencias. Como las manos
que salen a levantarte en tu horasad, como las personas que te ayudan a
arreglar tus problemas aun con la distancia, como que todo este desmadre es
temporal y solo es una experiencia más en una existencia plagada de misterios. io
k c.
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