"(...) Guardémonos de decir que la muerte es lo opuesto a la vida. El ser vivo no es sino un género de lo muerto, y un género muy raro. -Guardémonos de pensar que el mundo está creando eternamente algo nuevo. No hay sustancias que duren eternamente; la materia es un error como el Dios de los eléatas. ¿Cuándo acabará, pues, nuestra preocupación y nuestros cuidados? ¿Cuándo dejarán de oscurecernos todas esas sombras de Dios? ¿Cuándo dejaremos de atribuir a la naturaleza un carácter divino? ¿Cuándo nos será permitido a los hombres volvernos naturales, reencontrarnos con la naturaleza pura, nuevamente descubierta, nuevamente liberada?"
La Gaya Ciencia, pág. 128.
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