Debes saber que:

Sí, me aprovecho de tu amor,

ese amor que en mí despiertas,

esta cosa que tanto niegas,

esto que me salva del dolor.

Mi corazón se aferra a su clamor,

si cedo a él tú escapas,

lo ves a diario y no lo abrazas;

guardarme todo es abrumador.

No logro ver el resplandor,

me atrapan tus miradas

como si no existiera más,

mujer, ¡dime qué hay alrededor!

Pero despierto de mi sueño embaucador,

creo que me desprecias,

quizá jamás veas las cosas bellas

y “quién fuera encantador”…

Comprimir lo que parece amor,

ocultar lo mucho que me agradas,

escudarme bajo un paraguas ,

todo sea contra el sentimiento invasor.