Este era un parásito con un parásito dentro, juntos estaban desafiando las leyes de la naturaleza, se desligaban de su propio concepto para vivir en simbiosis. El parásito más pequeño equilibraba los desmadres y excesos del parásito mayor*, éste último se beneficiaba del menor y de los terceros, era el mejor parásito, un parásito social, un parásito familiar, un parásito de amor.
Oh, sí, no hay mejor impulso de vida que el de un parásito: vivir por vivir, porque nacimos para eso carajo, para eso nuestra Santa Madre nos parió. Aquí hay de dos, o aceptas tu naturaleza parasitaria, o evolucionas a algo "mejor": Papá [de los] Parásito[s]. Pero entre tanto desmadre de relaciones interpersonales, no hay que exagerar, no estudiemos sociología, la cosa es clara y no hay nada extraordinario por entender: vivimos en simbiosis.
*Démosle gracias al parásito y al macrófago por la caquectina.
Hay una parte de mi que necesita leer todo esto porque me has llenado de curiosidad el día de hoy pero está la otra parte que no puede ya que me atemoriza el saber lo que piensas, lo que sucede... Estoy en debate aún
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