Te llevaste lo que más quería, es la única razón por la que te tengo en consideración en mi estúpida y banal vida. Quisiera que sepas que me lo arrebataste de la peor manera, quizá en el peor momento... pero te lo perdono. Te perdono incluso tu existencia, tu insipidez, todo en absoluto... Espero que aproveches tu oportunidad, que seas feliz de la manera tan sublime en que yo lo fui, porque es lo mejor que me ha pasado en la vida y probablemente lo mejor que pase en la tuya si lo sabes apreciar.
Amo a esa mujer Gregorio, más de lo que puedes querer a tus padres o tu vida misma, por eso quiero que la hagas feliz, aunque en el fondo de mi romántico corazón lo dudo, así que al menos te pediré que la hagas feliz por el segundo de vida que ella quiera prestarte, ¡porque es única! Porque involucra todo de mí, porque quisiera que dejara de existir todo lo que Realmente existe, menos ella, esa hermosa mujer sensible que perdí y tú te llevaste.
La extraño cada momento en que tú estás con ella, incluso cuando no estás, pero está pensando en ti en vez de mí. Te debo perdonar, es el destino, y a ella no tengo qué perdonarle porque la amo como mi propia Diosa Coronada, como Charles a Madame Bovary, como sólo Francisca puede amar a... a ella. Sin embargo, en caso que no pudieras, te lo ruego, déjala seguir, deja que su corazón aventurero siga el camino que su cabeza a trazado para sí misma, aunque jamás intersecte con el mío, pues en el mejor de los casos somos compañeros del mismo embrujo y el mismo dolor.
Nada más. sólo me importa ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario