miércoles, 20 de abril de 2011

Recuerdo de una jeanbook

Quisiera transportarme por arte de magia al pasado mágico en que te conquisté. Juras que fueron mis escritos los que le dieron a tu corazón ese latido único para mí, comprendo si es así que hoy exijas esto de mí.

Aquél momento en que te entregué mi corazón en una jeanbook jamás lo he de olvidar, tu nerviosismo, tu inseguridad y tus ganas de ser importante para mí, porque yo sabía que querías ocupar el lugar en el corazón más enfermo de amor que habías conocido en tu vida. Ese día me enteré que te gustaba mi voz, mi manera de hablar, estar conmigo… ese día me pregunté qué pensarías de mi atrevimiento, porque te entregué una libreta repleta de inquietudes, una semilla de amor que cultivaste desde entonces y hoy me tienes a mí, tu árbol, tu baobab.

Te dije que escribiría hoy como en mi jeanbook y eso haré, pero complementaré lo que en ese entonces mi mente reprimía y por pudor no quise escribir: Señorita, tú me encantas de pies a cabeza, me encanta pasar los días contigo, desde que íbamos a ver los partidos de fútbol en la cancha de FIME. No te puedo expresar todo lo que siento cada que robas mi espacio, una vez te pregunté por qué me invadías el espacio personal y tú me dijiste que querías que olvidara a la otra que lo hizo primero, tu descaro me idiotiza, debo reconocerlo, me gusta coquetearte y más aún que tú me coquetees. Lo que tenemos es extraño, es como un juego de verdad, no sé cómo designar lo que siento por ti y pese a que no sé qué haría si tú me aceptaras que te gusto, sé que ya no puedo vivir sin ti.

Resumido en un párrafo, eso es lo que escribiría Francisca hace dos años, lo que hoy tengo por decir no sé cómo expresarlo, he comprendido que contigo las palabras se quedan cortas, mi amor por ti –y eso conlleva por supuesto lo que siento por ti en todos los sentidos– es inefable. Sólo se puede hacer una cosa con él y es vivirlo cada segundo, cerca o lejos de ti, en las altas y bajas, en todas las circunstancias posibles.

Hoy miro las estrellas, la inmensidad del Universo y no hay mejor visión que esta, me recuerda que hay cosas impresionantes que me faltan por ver, que algún día saldré de esta cápsula de tiempo, materia y forma, pero tú jamás saldrás de mí, porque estoy convencida de que algo más que mi cuerpo te ama y soy YO, esa parte de mí que no se limita a un cerebro, esta inmensidad sólo comparable con el Universo, esta cosa que trae mi cuerpo dentro, que siempre vivirá y sólo ha de sumar. Mi jeanbook ha quedado como el recuerdo de una de mis incontables vivencias, existe, existirá el tiempo en que tarde en degradarse el papel, sin embargo, para mí es un símbolo, la semilla que originó el baobab en el Universo de mi Ser. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario